Hola, ¿qué haces? ¿Cómo andás? De seguro que tenemos que charlar. Tres cuartos de mi vida es tuya y está bien, no se trata de borrar. Ya no pude contener el humo entre mis manos. Yo te dejo entrar, pero no puedo estar mirando por la ventana, porque mi alma sabe que no hay nada que la pueda hacer reaccionar, de querernos tanto, nos hacemos mal. Comprendé, estoy sumando para atrás. Hola otra vez, acá estás. De seguro que nos íbamos a encontrar. No sabés la nostalgia que es mirarte... Yo sabía que me iba a costar. No se puede olvidar de este amor de la noche a la mañana. Ya me mintió el refrán si me cansé de estar sola por la madrugada. Qué difícil combinar la sensación de volar tan lejos tuyo. Me suelo equivocar, o me gustará este mal; siempre muerdo la manzana. Voy a tratar de olvidar esas largas noches. Se repitió sin parar, sin tratar de evitarte, me vuelvas a ver. Hola, ya fue, no va más, tantas vueltas me confunden sin parar. Me voy a caminar, no quiero recordar cosas viejas, me hacen mal. La ventaja de olvidar es empezar a querer de nuevo. Lo voy a lamentar una y mil veces más, pero ya no quiero recordarte. ¿Cómo detengo esta ecuación? Mi corazón llama todo el tiempo. Me suelo equivocar o me gustará este mal.